Me pareció fascinante descubrir que somos réplicas exactas del planeta en cuanto a su estructura física. Por ejemplo, que el cuerpo humano tiene un 70% de agua al igual que nuestra Tierra; y que las células de la sangre humana (como los glóbulos rojos) solo podrían sobrevivir en el agua de mar, que tiene casi el mismo ph que la sangre.

Vayamos al proyecto que deseo compartirles como miembro de Brahma Kumaris desde hace algunos años y como un buscador de las verdades de las leyes espirituales, desde toda mi vida.

Conocí Tapobhan, el predio situado en la localidad de Abu Road, India, el lugar donde funciona este emprendimiento de agricultora yóguica. Supe de las intenciones que movilizaron a los yoguis que practican la meditación raja yoga. Y el objetivo fue probar con las vibraciones de la mente para favorecer el crecimiento de las plantas de mango o papaya. En esos casos, uno de los primeros resultados positivos fue que de los 30 frutos que producía cada planta, pasaron a tener 120 frutos como promedio.

Uno de los primeros resultados positivos fue que de los 30 frutos que producía cada planta,
pasaron a tener 120 frutos como promedio
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Este, se podría decir, que fue el disparador de todo lo que vino después.
Ante cada cultivo nuevo, se empezó a repetir un mismo proceso; en primer lugar, poner las semillas en la sala de meditación (el lugar del centro o de la casa donde los yoguis se sientan al despertar cada día, en grupos).

Después de un mes con las semillas en ese estadio, y el día anterior a la siembra propiamente dicha (siempre con la luna nueva) los yoguis más experimentados ponen sus energías meditativas en la misma atmósfera que circunda el terreno en que se va a realizar la siembra. Esta práctica continuará durante todo el tiempo que lleva el cultivo.

Del mismo modo, sus pensamientos sutiles volverán a concentrarse en momentos puntuales, como en la renovación de los ciclos lunares. Además, hay otras tareas de mucho cuidado: el regado por goteo, los cultivos en viveros que los protegen del calor o del frío, y la cobertura con redes para que los frutos no sean devorados por las aves.

Creo que lo más revolucionario fue que algunas universidades de la India, dado el éxito del procedimiento, se interesaron en el proyecto, pudiendo constatar que los cultivos logrados mediante el poder del yoga del pensamiento, han generado alimentos con mejores nutrientes.

Se calcula un promedio de un 30% más de nutrientes que en los cultivos con abono inorgánicos y orgánicos. Ni entraremos en el detalle de la diferencia en la inversión monetaria que requiere un sistema u otro, pero dejaré otra reflexión acerca de exigente y carente forma de vida de un gran número de granjeros del país.

Se calcula un promedio de un 30% más de nutrientes que en los cultivos con abono inorgánicos y orgánicos.

Cuando los yoguis se acercaron a proponerles este sistema basado en una activa disciplina mental, muchos la adoptaron para mejorar los rendimientos de su esfuerzo y gradualmente comenzaron a revertir lo dificultoso y poco productivo que resultaba la forma en la que estaban viviendo.
Sugiero googlear acerca de yoga farm o agricultura yóguica.

Desde este espacio solo queremos hacer un llamado a la conciencia, para recordarles el poder que tenemos en cada uno de nuestros pensamientos, sobre todo cuando estamos conectados a lo divino. Así, esa energía que transforma la realidad en Tapobhan, de la misma forma transforma nuestras vidas. Porque es la energía del pensamiento, la que cuando es usada de forma constructiva, transformadora, auto sustentable y creativa, porque de eso se trata todo esto, se vuelve un poder refinado e ilimitado.